miércoles, 21 de octubre de 2015

Inflamación silenciosa: Como mantenerse en la zona ANTI-INFLAMATORIA

Todas las enfermedades crónicas y degenerativas se desarrollan en años y empiezan silenciosamente con una disfunción a nivel celular, la cual lleva a inflamación celular que puede no ser percibido durante mucho tiempo.
No se percibe, porque no hay dolor. Todo dolor se debe en última instancia a una inflamación, pero este estado inflamatorio puede cursar años bajo el umbral del dolor. Podemos perder el 70% de la función de un órgano hasta darnos cuenta.


Ahora, sin inflamación no podríamos vivir. Sin inflamación seríamos totalmente indefensos contra bacterias, hongos  y otros microbios. La inflamación es un mecanismo de defensa y el componente protector del sistema inmunitario.
Por tanto tiene que haber inflamación para que pueda actuar el sistema inmune, pero tan importante como inflamar,  también es, que cese la inflamación para la reparación de los tejidos.

Estos procesos de INFLAMACIÓN y ANTI-INFLAMACIÓN tan vitales y necesarios están dirigidos por hormonas. De hecho, toda la salud física, el rendimiento mental y también las emociones están controlados por hormonas.

¿Que son las hormonas que controlan la inflamación silenciosa?

Son hormonas que están producidas en todas nuestras células: se llaman EICOSANOIDES y fueron las primeras hormonas desarrolladas por los organismos vivos. Lo controlan todo, desde el sistema inmunitario hasta el cerebro y el corazón.
Hay dos tipos de eicosanoides: Los que promueven la inflamación (pro-inflamatorias) y la destrucción de los tejidos y los que detienen la inflamación y promueven la reparación – la sanación. Ambos son necesarios , pero por desgracia muchas personas producen demasiadas eicosanoides pro-inflamatorias y este desequilibrio es la causa de la inflamación silenciosa.

La buena noticia es que podemos compensar la balanza hacia los eicosanoides anti-inflamatorios con un cambio en nuestros hábitos alimenticios.

Los eicosanoides “buenos” anti-inflamatorios proceden de una dieta rica en ácidos Omega 3, el aceite de pescado y también el aceite de lino y de nuez.
Los eicosanoides “malos” pro-inflamatorios proceden del  ácido araquidónico (AA) - evitar grasas malas: grasas trans y grasas saturadas y también los aceites vegetales refinados omega 6.
Aceite de oliva, el ácido oleico, no incide sobre la inflamación.

El mero hecho de consumir mucho más aceite de pescado y mucho menos grasas malas empieza a invertir la inflamación silenciosa.
La mejor manera es consumir estos ácidos grasos Omega 3 es en complementos, donde se han filtrados los residuos de metales pesados y con un alto nivel de EPA y DHA.
(Ratio EPA / AA en sangre es el cociente del Perfil de la Inflamación Silenciosa)


Pero también ALTOS NIVELES DE INSULINA  aumentan la producción de ácido aracidónico (AA) pro-inflamatorio. La insulina es otra hormona que nos ayuda  a controlar la inflamación silenciosa.

La insulina es la hormona que lleva la glucosa a las células. Sin glucosa las células no pueden producir energía. Si hay mucha glucosa en la sangre, se produce mucha insulina. Este exceso de insulina promueve la inflamación.

Es de suma importancia mantener la insulina lo más estable posible; esto es controlar la carga glucémica: la ingesta excesiva de glúcidos en una comida y la resultante producción excesiva de insulina (picos de insulina). (ver tabla carga glucémica).

En el plano celular TODO ESTRÉS crea inflamación, provocada por una superproducción de eicosanoides pro-inflamatorias. Nuestras glándulas suprarrenales producen una hormona, el CORTISOL, que es la principal hormona anti-inflamatoria para bajar los niveles de estos eicosanoides. Esto funciona bien a corto plazo, cuando el estrés es transitorio. 

Pero el estrés prolongado causa niveles elevados de cortisol permanentemente y altos niveles de cortisol deprimen el sistema inmunológico.

Los inmuno-moduladores FACTORES DE TRANSFERENCIA mejoran la respuesta inmune por proveer a nuestro sistema la información y inteligencia para actuar en el tiempo más corto posible.
Si el sistema inmune actúa rápido, vamos a sufrir menos daños colaterales causados por la inflamación y menos tejidos necesitarán ser restauradas y sanadas. Si no se consigue esta recuperación, lleva a degeneración.
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Mi recomendación para mantenernos en la zona anti-inflamatoria, donde nuestro organismo es perfectamente capaz de auto-curarse:

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  • Factores de Transferencia para aumentar y equilibrar la respuesta inmune junto con plantas como la cúrcuma, que controlan la inflamación celular: RENUVO 4Life-Research  

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