Los cambios en la producción de melatonina, que aumenta con la disminución de las horas de luz, nos puede dar más hambre y cansancio. A su vez se ve disminuida la serotonina y esto puede llevar a que nos sintamos con ansiedad, menos adaptación al estrés y unos ganas de comer dulces y alimentos con gran carga glucémica, que nos hace más propensos a sufrir inflamación interna silenciosa (y no tan silenciosa). A algunos también nos afecta lo contrario y el propio decaimiento nos quita el apetito.
A las problemas con la adaptación y el estrés que sienten nuestras células se suma el cambio de horario a final de octubre que afecta a bastante gente en sus ritmos vitales.
Ahí la bajada de nuestras defensas nos hace más susceptibles a infecciones víricas, bacterianas y fúngicas.
Ahora es el momento de prevenir que el sistema se resienta y nuestro organismo pierda el equilibrio.
El otoño es el momento idóneo para automatizar unos comportamientos y ritmos saludables basados en una dieta ordenada y equilibrada y aportar nutrientes y micro-nutrientes a nuestras células. Si a nuestras células les damos lo que necesitan y no los sobrecargamos con basura, ellas saben que tienen que hacer para mantener el equilibrio, el bienestar - la salud. Vamos a estar más preparados para enfrentar los conflictos y contrariedades de la vida.
La verdura y la fruta fresca no puede faltar nunca y debería componer al menos el 25-30% de nuestra ingesta diaria. Os aconsejo de buscar los colores amarillos a rojos o verdes oscuros: acelgas, calabaza, zanahorias, espinacas, lechuga, brócoli entre otros verduras. Una puesta segura son las cremas y purés de verdura diarias, tan recomendables para cenar.
La granada es una de las frutas con mayor poder antioxidante gracias a su contenido en antocianidinas (responsable de su bonito color). Sus principios activos ayudan al sistema cardiovascular y respiratorio, cuidan nuestra piel y previene arrugas y flaccidez y favorecen la cicatrización y la regeneración de tejidos y mucosas. La granada es rica en fibra, es diurética y tiene altos contenidos de potasio (bueno en la hipertensón) y testosterona (aumenta la libido).
Es el momento de introducir el jengibre y la cúrcuma en nuestra dieta. Empezar el día con una infusión de jengibre con zumo de limón exprimido nos va subir ligeramente la temperatura corporal en las frescas mañanas de otoño.
El jengibre es muy rico en aceites esenciales, vitaminas, minerales, antioxidantes y principios activos que son antidepresivos (aumentan los niveles de serotonina), activan la digestión y los procesos metabólicos, favorecen la absorción de nutrientes y eliminan los desechos. Su efecto anti-inflamatorio aumenta la sensibilidad a la glucosa, lo que ayuda en el control de peso. El jengibre nos da sensación de saciedad y acelera la digestión al aumentar la contracción muscular de estomago y intestinos.
La cúrcuma es especialmente recomendable por su potente acción anti-inflamatoria.Tomar 1,5 g de cúrcuma con una pizca de pimienta diluidas en un poco de agua antes de la comida es una excelente manera de estimular las jugos gástricos y digestivos para mejorar y acelerar la digestión. La cúrcuma es un excelente tónico biliar y protector hepático y aumenta los niveles de glutatión ( acción antioxidante). También tiene una potente acción anti-depresiva al estimular el sistema nervioso, aumentar la producción de serotonina y atenúa las consecuencias fisiológicas del estrés.
Para fortalecer las defensas y aumentar la adaptación al estrés en todos sus variantes los oligoelementos están también en otoño de suma importancia. Niveles energéticos bajos y cansancio son muchas veces un claro síntoma de la falta de estos micro-nutrientes, especialmente el zinc, selenio, cobre, hierro, manganeso. La alimentación del supermercado normal está carente de oligoelementos. Estos están muy inestables y se destruyen fácilmente. Los fuentes más seguros de estos son el agua de mar isotónico o complementos alimentarios de confianza.
Para ayudar al sistema nervioso y a nuestras defensas en otoño no pueden faltar las vitaminas: no solo la Vitamina C, muy importante también los Vitaminas del grupo B, por
un aumento del requerimiento celular debido al estrés.
Difícil de encontrar en la alimentación hoy en día son suficientes cantidades de ácidos grasos poliinsaturados, sobre todo los Omega 3. Estos grasas "buenas" son esenciales para nuestro organismo, porque mantienen flexibles las membranas celulares para que pueden entrar nutrientes a las células y salir los desechos. Los a.g. Omega 3 son anti-inflamatorios naturales (al ser precursores de prostaglandinas anti-inflamatorias) y sobre todo importante para nuestro sistema nervioso. Aunque comiendo muchísimo pescado, que tampoco es recomendable por los altos contenidos en metales pesados, difícilmente vamos a suministrar suficientes Omega 3 a nuestro organismo y lo más aconsejable siempre es tomarlos en forma de un complemento de alta calidad.
Con la base de una dieta equilibrada utilizando los alimentos más naturales posibles según temporada de otoño, los complementos nutricionales brindan una buena opción de administrar micro-nutrientes esenciales a nuestras células para pasar optimamente del verano a las estaciones más frías del año sin sufrir importantes reveses en nuestro bienestar.
Recomiendo 4Life-Research por la acción de los inmunomoduladores FACTORES DE TRANSFERENCIA + MICRONUTRICIÓN DE ALTA CALIDAD. Los complementos 4Life-Research trabajan a niveles muy pequeños a través de la nanotecnología, para favorecer la entrada de sus principios activos a las células, que es de suma importancia.
Los FACTORES DE TRANSFERENCIA ayudan a nuestra capacidad de respuesta y a la adaptación a los factores estresantes en nuestras vidas, educando y fortaleciendo nuestras células.
La acción conjunta con micro-nutrición de alta calidad hace que los productos de 4Life-Research sean tan óptimos.
Recomiendo especialmente ahora, a principios de otoño, para contrarrestar la astenia y la bajada de las defensas:
RENUVO, BCV, TRANSFER FACTOR TRIFACTOR PLUS y BIOEFA (Omega 3), Energy Go
Entre la fruta más recomendada en otoño están los caquis, las uvas y los granadas.
Es el momento de introducir el jengibre y la cúrcuma en nuestra dieta. Empezar el día con una infusión de jengibre con zumo de limón exprimido nos va subir ligeramente la temperatura corporal en las frescas mañanas de otoño.
El jengibre es muy rico en aceites esenciales, vitaminas, minerales, antioxidantes y principios activos que son antidepresivos (aumentan los niveles de serotonina), activan la digestión y los procesos metabólicos, favorecen la absorción de nutrientes y eliminan los desechos. Su efecto anti-inflamatorio aumenta la sensibilidad a la glucosa, lo que ayuda en el control de peso. El jengibre nos da sensación de saciedad y acelera la digestión al aumentar la contracción muscular de estomago y intestinos.
La cúrcuma es especialmente recomendable por su potente acción anti-inflamatoria.Tomar 1,5 g de cúrcuma con una pizca de pimienta diluidas en un poco de agua antes de la comida es una excelente manera de estimular las jugos gástricos y digestivos para mejorar y acelerar la digestión. La cúrcuma es un excelente tónico biliar y protector hepático y aumenta los niveles de glutatión ( acción antioxidante). También tiene una potente acción anti-depresiva al estimular el sistema nervioso, aumentar la producción de serotonina y atenúa las consecuencias fisiológicas del estrés.Para fortalecer las defensas y aumentar la adaptación al estrés en todos sus variantes los oligoelementos están también en otoño de suma importancia. Niveles energéticos bajos y cansancio son muchas veces un claro síntoma de la falta de estos micro-nutrientes, especialmente el zinc, selenio, cobre, hierro, manganeso. La alimentación del supermercado normal está carente de oligoelementos. Estos están muy inestables y se destruyen fácilmente. Los fuentes más seguros de estos son el agua de mar isotónico o complementos alimentarios de confianza.
Difícil de encontrar en la alimentación hoy en día son suficientes cantidades de ácidos grasos poliinsaturados, sobre todo los Omega 3. Estos grasas "buenas" son esenciales para nuestro organismo, porque mantienen flexibles las membranas celulares para que pueden entrar nutrientes a las células y salir los desechos. Los a.g. Omega 3 son anti-inflamatorios naturales (al ser precursores de prostaglandinas anti-inflamatorias) y sobre todo importante para nuestro sistema nervioso. Aunque comiendo muchísimo pescado, que tampoco es recomendable por los altos contenidos en metales pesados, difícilmente vamos a suministrar suficientes Omega 3 a nuestro organismo y lo más aconsejable siempre es tomarlos en forma de un complemento de alta calidad.
Con la base de una dieta equilibrada utilizando los alimentos más naturales posibles según temporada de otoño, los complementos nutricionales brindan una buena opción de administrar micro-nutrientes esenciales a nuestras células para pasar optimamente del verano a las estaciones más frías del año sin sufrir importantes reveses en nuestro bienestar.
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Recomiendo especialmente ahora, a principios de otoño, para contrarrestar la astenia y la bajada de las defensas:
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